Urfaust: hablan sus protagonistas

Sobre la obra, breve reflexión...

Urfaust es una obra sin catalogar, no es para enfrascar ni etiquetar.

Es la punta del iceberg que divisamos pero que a su vez se esconde y por momentos se deja ver. Es un Fausto que se redescubre y que descubre su entorno por momentos hasta de manera adolescente.

Su relación con Mefistófeles es de lo más interesante, crea con él un vinculo que cree dominar pero del que termina siendo rehén en un juego de inocencias y brutalidades.

El mal es uno de los conceptos que se manejan a lo largo de la obra pero introducidos de una manera muy humana y por eso es que nos llega tanto.

Fausto se ve inmerso en un mundo mágico donde el mal está a la vuelta de la esquina, ese mismo mal que va hacia la falta de esperanza, un destino marcado a fuego, donde este súper hombre cae vertiginosamente.

Los miedos, angustias, envidias y deseos oscuros acaparan la obra y los identificamos con nosotros mismos, con las debilidades que construyen nuestra sombra.

El espacio escenográfico fue un proceso, una búsqueda constante. Finalmente llegamos a trabajar un contenedor, un esqueleto en donde dentro de él transcurren las distintas escenas que forman la obra. Ésta estructura lineal y perimetral conjuga el vacío escénico interior y separa el espacio del adentro del afuera. Neutralidad, linealidad, geometría y versatilidad espacial fue lo que proyectamos como necesario para una obra de gran carácter textual.

Urfaust es un proyecto de tres años de trabajo. Pasamos por muchas ideas con muchos momentos de incentivo y muchas frustraciones. El proceso en grupo, junto con los actores, director y compañeros de diseño han hecho que el proyecto madure y se nutra de las propuestas de todas las áreas. En eso estamos, en eso seguimos…

(Ximena Seara y Yael Carretero, responsables de escenografía e iluminación)

¿Por qué hacer Urfaust? 

Urfaust me atrae. Habla del deseo y la verdad. ¿Cuál es la verdad posible? Declan Donellan dice que sólo podemos intentar decir la verdad, que cuando hacemos ese intento en nuestro discurso, decimos las palabras que más se acercan, para nosotros en ese momento, a la verdad, por ende la verdad es un intento y está completamente teñida del aquí y el ahora. Es lo mejor que podemos hacer con mayor o menor éxito. Del mismo modo que los personajes de Urfaust intentan con mayor o menor éxito, vivir la verdad, buscarla y algunos maquillarla para poder sobrevivir. La verdad es, en esta obra, una urgencia que se choca de frente con la urgencia del deseo y hasta con el instinto de supervivencia y eso me gusta.

Expectativas: 

Me gusta jugar y disfrutar el juego. Para mí una obra es una experiencia del día a día, porque sino me tranco, me pongo horriblemente nerviosa y no lo disfruto. Entonces tal vez sí espero algo, disfrutarlo mucho, pero sobre todo me encuentro en la dulce espera de entrar al juego. Estamos preparando, repitiendo y aprendiendo las curvas que tiene el recorrido, estamos estudiando el mapa del juego y creo que lo que más quiero es vivir ese momento en el que arranca la partida con el público.

(Florencia Caballero)