Detrás del Espejo

Detrás del Espejo

martes, 1 de julio de 2014

Fe de Cemento

©Francisco Assis dos Santos

















Cielo gris y una lluvia en mi mente,
una tierra confusa que no sé transitar,
odio en alguno de los pliegues de mi corazón,
en mi estómago:
ansiedad.

Parece que me estoy quedando ciego,
más bien, como que no puedo enfocar,
los bordes de los objetos:
gelatina.
Una…
una ausencia. Vacío.

Y a veces, las distancias del viaje que se hacen más largas,
y a veces, que me siento solo en el solo
una tierra árida, marrón,
donde crece una planta,
dos hojas verdes, tiernas, voluptuosas.
La vida siempre es voluptuosa cuando se sabe mirar.

Luz, movimiento,
y el tiempo que gira.
Papeles, lugares,
buscar mi lugar.

Y de algún modo el inmigrante atávico se me sienta en el pecho.
y me siento ni de aquí, ni de allá, ni de ningún lugar.
Y me miro en mi espejo,
y me río,
también con un poco de miedo,
y me hablo y me digo
el vacío,
una piedra vacía no piedra en mi pecho de flores
y espinas como un beso no dado,
y una cruz en el agua del sur,
como un dios de mi mismo,
siendo ateo y dios.

Y me huelo,
y me abrazo en palabras y letras,
en sonidos callados,
en el tranco y el rumor de la pluma,
y me bebo como agua que corre,
que ríe,
que sueña,
que juega.

Y me busco,
te busco,
¡mi Dios!
  San Pablo, lunes 13 de enero de 2014.