Detrás del Espejo

Detrás del Espejo

jueves, 17 de octubre de 2013

Roma

Si yo pudiera escribir todas las Romas, la eterna-
mente transitada
por millones de almas,
desde los Césares hasta los cristianos,
la arrasada por los bárbaros,
y hoy...
por los turistas.
Roma nos mira impasible desde sus vestigios,
digna,
bella,
caótica.
Y supongo que se ríe burlona,
Ella aún está,
nosotros...
simplemente pasamos.

miércoles, 9 de octubre de 2013

BERLIN















Berlin.
Berlin...
Berlin es nueva, contemporánea y con marcas de la guerra.
Ayer fui a varios museos, Pergamon, Neues, y el museo del muro en Check Point Charlie. 
Hoy fui a la Iglesia de la Memoria, que fue destruída en la guerra.
Berlin huele a arboles,
hay muchos,
vestidos de amarillo y algunos e rojo.
Las hojas caen lento
y a mi me encanta mirar como lo hacen. Como se deslizan en el viento
frío.
La gente es educada, silenciosa en general
y de repente te cruzas con un borracho o un loco hablando sólo en su propia historia.
Muchas librerías! Y mucha gente leyendo.
Caminás por la ciudad y te da la sensación de que lo admite todo, desde las mujeres árabes con velo, hasta las lesbianas punk que toman cerveza tiradas en el piso de un vagón del metro.
Muchos restaurantes italianos, se ve que "Italia" es una especie de paraíso para ellos.
Siempre buscamos el paraíso en otra parte y ese es el problema; y uno de los trucos del mercado claro.
Son ordenados, desde chiquitos!,
ayer en el metro me crucé con un grupo de niños de 3 años, que iban con su maestra, y algunos de ellos tenían un chaleco amarillo que indicaba que eran los cuidadadores. Al bajar del tren, los cuidadores, formaban un circulo que contenía a los demás.
Niños de tres años!
Yo casi me pongo a aplaudir.
El transporte publico es impecable. Y nadie controla que se haya sacado el ticket, ni hay barreras o peajes.
Otro universo!
Y las marcas de la guerra...
algún que otro edificio destruido, pedazos del muro, señales, instalaciones artísticas para hacer memoria, monumentos.
Ayer fui a Check Point Charlie y al museo del muro, y no dejo de pensar: ¡cómo cambió el mundo! De la Revolución Rusa hasta ahora, la guerra fría, el nazismo, las persecuciones, la gente que escapaba, la gente que moría. Vivir en un mundo donde la ideología lo era todo, y donde cada bando se creía en la posesión de la verdad. Y hoy miro esta ciudad que tiene las mismas tiendas que Amsterdam, que París, que Londres, que....
y nos veo caminando por estos nuevos templos,
y nos veo comprando lo mismo,
y nos veo siendo lo mismo, queriendo lo mismo, deseando lo mismo,
y me pongo a pensar...
Todo se acumula capa sobre capa en esta ciudad maravillosa.
Y yo soy una capa más que deambula por aquí.