Detrás del Espejo

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domingo, 3 de noviembre de 2013

Dachau


Antes de llegar a München, Iani me pregunta si quiero ir a Dachau,
demoro en contestar,
no lo tengo claro.
Finalmente digo que si,
luego de Berlin y las trazas de la guerra, sí, me parece importante hacer la experiencia.

Desde Dachau pienso en escribir sobre Dachau, pero aún no he podido. Recuerdo el dolor de estómago, y el horror por ver lo que podemos llegar a ser como seres humanos, es decir, dentro de mi también está el torturador de Dachau.
Recuerdo la belleza del bosque que rodea el campo, recuerdo el canto de los pájaros, ¿cantarian también cuando funcionaba como campo de concentración?
Recuerdo la proximidad del pueblo, y como los hacían marchar desde la estación hasta el campo, camino que pasa por el medio de las casas, por lo que es imposible que no supieran lo que era eso que tenían enfrente. Incluso algunos prisioneros trabajaban como jardineros en el pueblo.
Recuerdo las ganas de irme, pero a la vez, la necesidad de ver, de pasar por esa experiencia. Recuerdo los hornos crematorios, donde incluso los ahorcaban de cara al mismo, para ahorrar tiempo y traslado. Macabra eficiencia alemana.
Recuerdo el cuarto de depósito de cadáveres, y la cámara de gas...

...donde entraban pensando que se iban a bañar,

donde metían a más de cien personas por vez, porque el cyclon b que hacía Bayer era tan bueno, que daba para matar a tanta gente de una vez.

Recuerdo las fotos de Joseph Heiden, un prisionero hecho capo, que era tan bueno en su sadismo que lo dejaban realizar operaciones experimentales a los otros prisioneros, con escasa anestesia claro. Recuerdo su sonrisa.
Recuerdo las fotos de las experimentos médicos, "avances" que tal vez hoy disfrutamos. Recuerdo las barracas,
la madera,
el frío,
como se me llenaban los ojos de lágrimas,
recuerdo la mesa de castigos, donde los apaleaban, recuerdo las diferentes estrellas, amarillas, violetas, rosadas y las fichas individuales de cada prisionero, y el sistema de clasificación de esta industria de la muerte.
Recuerdo la reja "Arbeit macht frei" y como había gente que se sacaba fotos sonriendo o hacían chistes, recuerdo, al salir, los ojos llorosos de una adolescente a la que se le había corrido el maquillaje, recuerdo
mi silencio...

recuerdo que cuando salimos, salió el sol.

Se debe recordar,
se debe recordar.

1 comentario:

  1. donde metían a más de cien personas por vez, porque el cyclon b que hacía Bayer era tan bueno, que daba para matar a tanta gente de una vez.
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